lunes, 15 de junio de 2009

SOBRE EL CAMINO DEL MERCURIO Y LA PLATA

La minería en San Luis Potosí:
Pretexto o criterio para las declaratorias de conservación.

Ante las llamativas noticias acerca de la posible declaratoria ante la UNESCO de San Luis Potosí como patrimonio de la humanidad por consecuencia de la Ruta Intercontinental del Mercurio y de la Plata, se perciben una serie de reacciones encontradas:

Algunos observan la oportunidad de un reconocimiento internacional que derive en turismo e inversión extranjera, mientras que otros ven una serie de acciones que mantienen una discriminación injustificada al excluir localidades y sitios del plan proyectado, aún teniendo el componente histórico minero que tanto se ha usado como elemento de originalidad de una ciudad que se consolidó por su actividad minera, con su veta externa.

En las siguientes páginas, se desarrollará el marco en el que se ha cubierto el tema de protección hacia la llamada Región Minera: las propuestas, los proyectos, los expertos y sus definiciones pertinentes. Asimismo, se hará un análisis sobre las inclusiones y exclusiones, así como los conceptos utilizados y sus finalidades.

Todo esto, para dar a conocer cómo se ha manejado el tema minero, si es utilizado a favor de políticas, acciones y desarrollo social-cultural de la región que se formó desde la colonia, o bien, sólo se considera como antecedente histórico sin más.

Antecedentes: El sitio del origen minero y sus proyectos.
Cuando se describe la fundación de San Luis Potosí, la referencia de Cerro de San Pedro es imprescindible. A grandes rasgos, el hallazgo de “La Descubridora” en Cerro de San Pedro provocó que se asentara en la región un desarrollo de haciendas de beneficio de oro y plata, siendo el pueblo de San Luis minas del Potosí, el que se forjaría como centro político.

Cordero (2005), nos menciona que el nombre de Cerro de San Pedro fue dado por Pedro de Anda (uno de los descubridores de la veta), en honor a su Santo Patrono y debido a que cuatro de los descubridores también se llamaban Pedro, de igual manera que el Padre del Capitán Miguel Caldera. El de “Potosí”, lo tomaron de Bolivia, por su extensa riqueza en

Aún cuando la producción del mineral haya tenido un periodo limitado en el que se consideró el auge minero, ésta actividad trajo consigo todo un sistema que mantenía a la minería, es decir, mientras se asentaban haciendas de beneficio, tuvieron que surgir actividades que soportaran la estancia de la población minera : la crianza de ganado, elaboración de productos para la alimentación y siembra de diversos cultivos generó un sistema productivo que claramente se reflejó en gran medida en la capital potosina, pues era el lugar en donde se mantenía el centro político, ideológico y cultural. Los dueños de las haciendas, empresarios y dirigentes mantenían su residencia en la capital haciendo de ésta una ciudad con grandes casonas y templos monumentales.

El poblado de Cerro de San Pedro, cabecera del municipio del mismo nombre, se encuentra a 18 kilómetros de la capital de San Luis Potosí y merece la atención debido a que gracias al descubrimiento de su mineral en el siglo XVI, la ciudad capital y varias de sus poblaciones vecinas se dotaron de equipamiento para el tratamiento del oro y la plata, creando todo un sistema de haciendas que mantenían la actividad minera.

Su importancia fue tal, que el escudo de armas del Estado de San Luis Potosí hace referencia a la gran actividad minera ubicando en el centro al Cerro de San Pedro, donde se encuentra San Luis Rey de Francia flanqueado a la izquierda por barras de oro y al derecho por barras de plata.

La minería dejó de ser su actividad principal debido a que desde el siglo XVII y XVIII diversos derrumbes de las instalaciones de las minas provocaron que su extracción se realizara intermitentemente, hasta que en 1928, en un último intento por retirar mineral que aún se conservaba en el interior del Cerro, se determinó imposible la extracción con las técnicas tradicionales, por lo que a partir de 1950 el sitio comienza a despoblarse. Desde esas fechas, la población ha mantenido un decrecimiento sobre todo en la cabecera municipal, siendo ésta una de las localidades en el municipio que menos población tiene (INEGI, 2005).

A partir de 1997, parte de la población del lugar se organiza y forman una propuesta de recuperación del sitio en conjunto con el INAH, con el objetivo de mantener a su población empleada, y conseguir con ello una mayor difusión cultural de la región.

Se integró un expediente que proponía entre otros temas, el uso de sus paisajes para eco-turismo de aventura, creación de museos de sitio sobre la actividad minera y diversas adaptaciones en sus edificaciones para estancias, comercios y difusión cultural como talleres-museo de la plata y parques temáticos con muestras de flora regional. La idea general era ampliar el marco de protección y reactivación del sitio, pues aunque de acuerdo con el INAH los templos de San Pedro y San Nicolás son monumentos históricos declarados por la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e históricas de 1972 y su reglamento
[1], querían destacar y promover su traza y construcciones típicas del lugar.

Derivado de estas acciones, se elabora la propuesta de Declaratoria Federal de la Zona de monumentos de Cerro de San Pedro, la cual se basaba en fundamentos históricos para apuntar la delimitación territorial de la protección.

Aún con esta propuesta, el poblado ya contaba con un medio de protección importante, pues ya se contaba con una declaratoria del 24 de Septiembre de 1993, donde el gobierno de SLP emitió un plan de ordenación de SLP y su zona conurbada. En él se establece que un 75% del territorio de CSP debe dedicarse a la restauración del desarrollo de la vida silvestre y resalta la falta de disponibilidad de agua como un problema fundamental para el desarrollo urbano, por lo tanto establece la prioridad de conservar áreas de recarga del acuífero y prohíbe el desarrollo urbano e industrial en ellas
[2].

Sin embargo, aún ante todo este marco en el que se intentaba inscribir el proyecto, la declaratoria no procedió.

Desde 1997 que el INAH hizo una propuesta para declarar a CSP como Patrimonio Histórico se han llevado a cabo trabajos para elaborar un catálogo finca por finca, ruina por ruina en el que participaron 3 brigadas: una de Guadalajara otra de Guanajuato y la de San Luis Potosí. Sin embargo, tal declaratoria no fue propuesta por el Gobierno del Estado, frenándose el proceso hasta nuestros días.

Existen aseveraciones que indican como cuestión principal para este frenado, a la ubicación de la Empresa Minera San Xavier en 1995, empresa que se ha caracterizado por las continuas problemáticas derivadas de “…el proceso metalúrgico de Lixiviación en Montones con soluciones de baja concentración de cianuro y recuperación de metales preciosos por medio del sistema conocido como Merrill-Crowe”, según lo describe su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).

Su asentamiento provocó diversos conflictos basados sobre todo, en las implicaciones en la salud y el ambiente por el uso de cianuro en su tratamiento del mineral. Sin embargo, también destaca el incumplimiento del Decreto de 1993 sobre la zona conurbada, pues deja en claro que este perímetro que comprende a CSP no debe ser utilizado para instalación de industrias ni actividades que impidan la restauración del lugar por veinte años. El Decreto continúa vigente y no entra en la discusión de qué tipo de industrias pueden estar asentadas en la zona de reserva.

Dentro de las actividades complementarias a realizar por parte de la empresa MSX, realizó una propuesta para conservar y restaurar sitios especiales (tomado de la MIA):

§ Flora: Se rescatarán y trasplantarán hacia un vivero o área especial de conservación. Esto para etapas de preparación del terreno (pág. 339)

§ Fauna: Programa de protección a las especies con carácter de protegidas que incluirá la recolección y reubicación de ejemplares de tortuga del desierto previa a la construcción de la mina y diseño de campañas de concientización de protección de especies menores a la población en general (pág. 341).

§ Vivienda. Re localización de poblaciones de Cerro de San Pedro de manera temporal, y de La Zapatilla de forma permanente, esto antes de la construcción de los patios de lixiviación y terreros (341).

Así también, proponen la creación de una Fundación Altruista que ayudara a conservar y restaurar los monumentos declarados por el INAH, es decir, los templos de San Nicolás y San Pedro. Este proyecto estaba enmarcado dentro de un Plan Maestro de Ordenamiento Urbano-Regional de CSP, el cual constaba de una descripción a grandes rasgos de acciones para pavimentar caminos, pintar fachadas y colocar infraestructura en el poblado, ayudando así no sólo a los pobladores sino a la instalación de la Minera y la vivienda de algunos empleados.


Sin embargo, como se aprecia en la tabla anterior, aunque la MIA fuera autorizada por parte de las autoridades ambientales, el proyecto de ordenamiento no fue aprobado ni cumplió con análisis ni estudios del poblado, es decir, únicamente proponían acciones particulares en sitios aislados.

Por otro lado, también podemos observar los componentes de la propuesta por parte del Patronato Pro-Defensa del Patrimonio Cultural e Histórico de Cerro San Pedro, A.C., quienes seleccionaron objetivos de manera congruente con un estudio histórico y antropológico, con la aprobación además del INAH.

Aún con la llegada de MSX, ha habido propuestas por parte de Pro San Luis Ecológico A.C., Patronato Pro-Defensa del Patrimonio Cultural e Histórico de Cerro San Pedro, A.C. y la Asociación de Vecinos de Cerro San Pedro. Se buscó de alguna manera convertir a CSP en una zona de esparcimiento de carácter local, regional e incluso internacional, acercándose a instituciones de carácter no gubernamental y del extranjero que se vieron interesados en idear un centro turístico. De acuerdo con Mario Martínez Ramos
[3], quien participó en la elaboración del proyecto federal, la propuesta implicaba una regeneración y restauración de la arquitectura del lugar. Sin embargo al quedar varado éste, el patronato propuso un proyecto que además de involucrar elementos construidos, ayudara a la restauración del núcleo agrario y la repoblación del lugar.

El desarrollo turístico parecería ser el eje principal mas no el único, ya que en la opinión de Covarrubias Rendón
[4] la posibilidad de ofrecer un desarrollo de carácter académico es fuerte. Menciona el ejemplo de la UASLP, que tiene problemas de ubicación para cubrir ciertos estudios, ha considerado ésta como una zona de ubicación de un parque temático sobre la historia y la antropología de la región.

Cabe señalar que estas propuestas se formulan no sólo en el círculo de habitantes de la zona, sino también por los mismos académicos de la UASLP. Las incidencias principales serían en el carácter académico y cultural. Las propuestas son tan amplias que hay desde un centro de convenciones en lo que fue la Colonia Americana
[5] hasta un planetario, que solo están en espera de que la MSX se retire.

Sustentabilidad y Temporalidad en los proyectos.

Sin embargo, aún cuando la empresa MSX se posicione como la generadora de beneficios para la región por la minería, esta actividad productiva está basada en la conformación de una estructura funcional que consiste básicamente en ubicar instalaciones para la extracción de mineral bruto y la refinación o limpieza del mismo para exportación, lo que significa productividad en función de la operación de la mina: en cuanto la minería cese, el sitio no habrá generado ninguna otra actividad que la trascienda.

Ni la antigua minería ni la moderna son sustentables en sitios como los que se asentaron en la Región Minera de San Luis Potosí, pues no diversifican su economía y se estructuran en el esquema de extracción-beneficio-retiro; la diferencia entre ambas radica en los métodos y tecnologías, ya que mientras las antiguas permitían construir un paisaje sociocultural por las articulaciones que generaba la ocupación del espacio minero a través de siglos, en la nueva los transforma en menor tiempo.

Lo que en la colonia llevaba siglos construir, en la actualidad tardan décadas en transformar.

En las figuras anteriores puede observarse esta diferencia. Tanto la minería actual llevada a cabo por MSX, como la minería colonial en el siglo XVI coinciden en una estructura principal lineal, es decir, no está preocupada por dotar de infraestructura para la transformación del mineral extraído como sí se percibe en poblaciones como Taxco y Zacatecas, lugares en los que se desarrolló todo un sistema del tratamiento de la plata con talleres artesanales.

No obstante, cabe recalcar que la minería colonial logró construir un paisaje peculiar gracias al asentamiento de actividades productivas que complementaban la minería, no diversificaban el tratamiento del metal, pero sí dependían de su extracción. Es por ello que en cuanto la actividad minera decae, las actividades dependientes decaen con ella.

Esto se asevera porque, aunque en la colonia la actividad productiva principal era la minería, ésta se afectó desde los derrumbes en el siglo XVIII, provocando que los núcleos mineros intentaran fortalecer las que ya llevaban a cabo como actividades de apoyo, como la ganadería, agricultura, fabricación de textiles e incluso emprendieron nuevas industrias como la del vidrio, del jabón y elaboración de vino mezcal. Estos intentos fueron poco fructíferos, pues el rompimiento con el esquema establecido en las relaciones sociales, así como un entorno alterado por el desgaste de los recursos naturales (agua, suelo y flora principalmente) para el soporte de la minería, los mantuvo rezagados sin conseguir la fortaleza suficiente para ocupar a su población. Dichos sitios, incluyendo en el que ahora se asienta la empresa MSX, se encuentran con tasas negativas de crecimiento y son utilizados como lugares de habitación, pues sus habitantes laboran como obreros o empleados en la capital o en otros municipios. La minería colonial tampoco permitió la diversificación económica.

Así también, es visto que la riqueza generada por la minería actual no se queda ni se aprovecha el excedente en beneficios locales. Si ocurre que la compañía provea de equipamiento como vivienda o parques y jardines, será porque se utilizan como instrumentos de negociación ante una oposición a su actividad en cualquier etapa o proceso. Cuando la empresa finaliza sus procesos, es decir, una vez que el mineral es extraído, refinado y retirado, el paisaje se muestra transformado en su aspecto natural, social y cultural, pues se encuentra con áreas deforestadas, sitios tóxicos, patrimonio construido alterado; lo que conlleva aún teniendo el equipamiento que la empresa dotó, ya no cuentan con medios para mantener una actividad económica que dependan ahora que finalizó la minería.

La actividad minera en la región minera central de SLP estructura un paisaje sociocultural altamente funcional pero poco capaz de trascenderla, en tanto que a diferencia de la colonial no genera diversificación de actividades económicas complementarias

De aquí es que surge el cuestionamiento sobre la temporalidad de la minería sobre el territorio en el que se mantiene, pues esto determina la operatividad de la empresa por un lado, y por otro la duración de la sustentabilidad de la misma.

La sustentabilidad pues, es un concepto que abarca tres factores básicos: económicos (prosperidad), sociales (bienestar) y ambientales (ecología), observando toda la gama de indicadores que lo harán vulnerable a alteraciones (impacto ambiental, energía y rendimientos de procesamiento, o apropiación social).

Entonces, el desarrollo sustentable es visto como satisfactor intra e inter generacional, y como la base política y social donde edificar una redistribución del poder más democrática e igualitaria en la toma de decisiones sobre los recursos que la naturaleza provee. Este término hace referencia al concepto de la viabilidad, y su importancia radica en la continuidad de los aspectos mencionados, es decir, su objetivo será garantizar la factibilidad de permanencia del ser humano, la vida en el planeta, y la estabilidad de los sistemas políticos como vigilantes de las normas para satisfacer necesidades (Lezama et al., 2006:3).

El hecho de que una actividad económica sea sustentable, forzosamente tendrá que implicar un beneficio intra e inter-generacional, es decir, que contemple el corto, mediano y largo plazo, y con ello se establezca que al satisfacer las necesidades del presente, no se comprometa la capacidad de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras
[6].

Ahora bien, analizando algunos datos que se han recopilado sobre la temporalidad, se puede revisar el contraste entre proyectos propuestos donde resalta tener un eje en común de beneficio local basado en estos tres puntos:

• Generación de empleos para la permanencia de la población local
• Cuidado del medio ambiente
• Conservación del patrimonio histórico

Sin embargo, a pesar de estas coincidencias, revisando los discursos y propuestas de cada actor (la empresa minera y la organización civil), se puede observar distintos modos de acción para los puntos citados anteriormente.

Dado que el proyecto de la minera se concentra en una actividad que se asienta, extrae el mineral, lo limpia, lo retira y sale del lugar, es que se señala como un proyecto que puede contemplar un beneficio económico a corto plazo, un impacto ecológico y a la salud a mediano y largo plazo, y un desarrollo social limitado en un corto plazo.

En el otro caso, el de recuperación por parte de la población, se trata de un proyecto que implementa modificaciones, obras y acciones a corto, mediano y largo plazo, pero que una vez llevadas a cabo, podrán dar un beneficio económico, ambiental y social a corto, mediano y largo plazo, es decir, podrán instrumentarse (si es llevado con responsabilidad y compromiso por parte de sus pobladores) prácticas con un desarrollo sustentable y de protección al patrimonio cultural y natural. Lo anterior mencionado, puede ilustrarse con los siguientes datos que inciden directamente con las respuestas dadas por estos actores ante sus discursos sobre la dotación de protección del patrimonio histórico-cultural:

· Por parte de la empresa Minera San Xavier, dotar de un fondo para proteger los templos dañados por la actividad minera, es decir, tiene contemplado que causará sin lugar a dudas, un impacto que afectará físicamente a las construcciones catalogadas por el INAH, por lo que están preparados tanto para reparar el daño ocasionado, como para mejorar la imagen de las mismas.

· Por parte del Patronato, se elaboró una propuesta de revitalización y dotación de infraestructura al casco del poblado, de acuerdo a los resultados que aparecieron en sus estudios exploratorios con la ayuda de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH. Gracias a este estudio pudo concretar un nuevo catálogo en donde se identifican los tipos de edificios históricos, en malas condiciones (75%), en regulares condiciones (10%), y en buenas condiciones (5%) (Patronato, 1997). Este trabajo por parte del Patronato, contemplaba dos fases, en donde la primera trataba del estudio y exploración, y la segunda, de la propuesta de rescate y reconstrucción del sitio llamado: Programa de rescate de imagen urbana de Cerro de San Pedro.

La mayor temporalidad asegura que el desarrollo de una economía perdure, sea sustentable. Un proyecto que no diversifica, asegurando la fortaleza suficiente de una economía que se “recicle” no puede considerarse sustentable.

El Panorama Completo: La visión de la Región Minera
Ya que se ha visto que ha habido una intención por dotar de protección al origen de la Región Minera que dio por lo tanto, origen a la Ciudad de San Luis Potosí, se verá a continuación un recorrido por los proyectos que consideran la importancia minera más allá del origen, es decir, las que incluyen de una o de otra manera, conservar a la ciudad capital. Como preámbulo, cabe mencionar que desde hace varios años, el Gobierno Estatal y municipal de San Luis Potosí ha estado llevando a cabo acciones para poder inscribirse en algún rubro, como patrimonio cultural de la humanidad.

En principio, se hicieron investigaciones para determinar la viabilidad de proponer al corredor peatonal del Santuario de Guadalupe como patrimonio cultural al ser la ruta peatonal más larga de América Latina, con sus 2,727 metros de largo. Sin embargo, su inscripción nunca procedió mas dejó marcado en el paisaje el mejoramiento de la infraestructura por la realización de obras y adecuaciones en el recorrido.

Asimismo, se formó un expediente por parte del ayuntamiento de SLP para proponer como patrimonio cultural la traza procesional, que data del Siglo XVIII. Dicha propuesta se basaba en asegurar que el Centro Histórico de la capital potosina estaba dispuesto de forma en que se seguía un recorrido procesional entre las parroquias de sus barrios en torno a la Catedral. El proyecto estaba dirigido por las teorías de Manuel Vildósola Dávila, arquitecto investigador que analizando el entramado de “damero” de la ciudad en conjunto con la práctica en Semana Santa de la llamada “Procesión del Silencio”, podía ratificarse la aseveración de una ciudad formada en torno a un acontecimiento Sacro (INAH-CONACULTA, 2002).
De igual forma, el proyecto aún cuando formó un ideario cultural mayor, no fue consolidado ni propuesto en forma.

Es así como se observa la manera en que se han hecho propuestas que no han prosperado sobre la importancia del Centro Histórico capitalino. Así pues, se forma la idea de que proponer a una declaratoria elementos aislados de la capital no forman un recurso suficientemente fuerte para que de validez y viabilidad a una dotación de protección internacional de la magnitud de la UNESCO. Por lo que ahora se tuvo la visión global, la visión de cómo fue que se fundó el sitio de San Luis y cómo se desarrolló al grado de consolidarse como Ciudad en el Siglo XVII: se tomaría la identidad minera como elemento de fortaleza no sólo para la Capital, sino para toda una región.

Camino Real Intercontinental Ruta del Mercurio y de la Plata
Esta propuesta está basada en la representación del camino de intercambio comercial y cultural entre continentes, y tuvo su máximo auge en la época de la España imperial, entre los siglos XVI y XVIII, cuando las minas de oro y plata de América abastecían las arcas reales y sostenían la economía y las campañas militares del Imperio.

Dentro de la propuesta de itinerario cultural “La ruta intercontinental del mercurio y de la plata”, se inscriben dos ciudades europeas: Iridja (Eslovenia) y Almadén (España), poblados que se distinguieron por la extracción de mercurio que dotaba a las haciendas de beneficio, como el caso de las situadas en SLP las cuales llevaban a cabo el proceso de “azogue”.

Desde 2005, diversas reuniones con el Director de patrimonio mundial INAH, la Presidenta del Comité Nacional Español de ICOMOS, el Ministro de cultura de Eslovenia, el Presidente municipal de Huancavelica Perú
[7], el Alcalde de Almadén, España y el Alcalde de San Luis Potosí, coincidieron en que las líneas de acción se enmarcarían dentro de la obra colonizadora y el sistema político administrativo, comercial-defensivo y sobre todo cultural respecto al traslado del mercurio y la plata. Siendo entonces que los ejes de rescate se enfocarían a todo lo que englobara el recorrido entre dichas ciudades, es decir, puntualizar en:

· La arqueología de los poblados
· Los paisajes naturales del recorrido
· Las ciudades históricas con incidencia en el traslado, administración y almacenamiento de metales
· La ingeniería civil, como las presas y obras industriales para el procesamiento del metal
· La arquitectura vernácula
· El patrimonio industrial
· Los materiales típicos de la región.

La propuesta se presentó ante la UNESCO a finales del año 2008, compilando información y datos de diversos investigadores de locales y nacionales para armar un expediente que contuviera temas sobre la importancia histórica, arquitectónica y sobre todo la delimitación temporal y espacial que le daba justificación a SLP como participante.

No obstante, desde que se dio a conocer la intención de armar la propuesta, se han percibido discrepancias acerca de su implementación, pues tratándose de una “ruta”, no queda claro cuáles fueron los criterios de elección al considerar única y exclusivamente al centro histórico capitalino. Dicha propuesta ha presentado además algunas otras problemáticas como a continuación se describen:

a) Falta de transparencia en la información.
Se armó desde el año 2007 el expediente con información de distintos expertos, por lo que la integración se dio en el año 2008. Sin embargo, desde sus inicios los expertos y la Secretaría de Cultura (instancia encargada de la propuesta) aseveran no tener a su disposición la información de la que consta el expediente, ni si quiera de los datos particulares que les correspondía investigar (en el caso de expertos). Esto llevó a que a falta de un expediente completo, se realizaran entrevistas por separado a algunos de los que integraron dicho expediente, lo cual obstaculiza la divulgación de la información y limita la observación completa de la propuesta.

b) Incoherencia y limitaciones en las entrevistas.
Relacionado con el punto anterior, al realizar entrevistas aisladas se ha percibido una desarticulación en respuestas similares, es decir, cuando se les pregunta por los criterios de delimitación del Centro Histórico cuando se trata de una propuesta enmarcada dentro del concepto “Itinerario Cultural” las respuestas varían desde la base histórica, hasta un simple no se puede incluir a poblaciones fuera de la capital. Hasta ahora, ningún co-autor del expediente ha sido claro en esta pregunta clave, pues incide directamente en la incorporación de “Región Minera” en la propuesta.

c) Desvinculación entre expertos.
Otro de los elementos clave cuando se intenta averiguar los criterios de elección del sitio a declarar es la relacionada con la existencia de beneficio mineral por azogue, clave porque la ubicación de este tipo de haciendas justifica la inscripción de San Luis en la declaratoria. Aún cuando todos los entrevistados coincidieron con dicha importancia, ninguno conocía la localización de dichas instalaciones ni el proceso específico que se llevó a cabo. No obstante, mencionaron tener conocimiento de que un hallazgo en el archivo de la bien conocida “Casa de la Cultura de SLP”, hizo que se pidiera ayuda a la Dra. Inés Herrera del INAH México, quien se encargó de estudiar dichos expedientes para localizar las fundiciones en el poblado de SLP.

Siendo éste un elemento central para lograr la declaratoria por parte de San Luis Potosí, es paradójico que los expertos que trabajaron en el expediente desconozcan los criterios básicos.

Es pertinente aclarar que las reflexiones anteriores derivan de los criterios base para lograr que San Luis Potosí tenga justificación en la inscripción dentro de la Ruta del Mercurio y de la Plata, pues tanto la localización de los sitios de fundición por azogue, como la delimitación de una región minera deben prevalecer, más que la calidad arquitectónica y la traza original de la ciudad minera.

El Proyecto “Tierra Adentro”

A manera de introducción, se resalta que este proyecto se desarrolla a nivel Federal y aunque necesita de la colaboración de las entidades del INAH locales, es totalmente independiente del proyecto de declaratoria anterior, pues aquél lo propone la Secretaría de Cultura del Ayuntamiento de la capital potosina, y éste es una propuesta nacional.

A manera de antecedentes, se destaca que el Camino de la plata sirvió como ruta para transportar y comercializar plata, mercurio, trigo y maíz; iniciaba en la Plaza de Santo Domingo en la Ciudad de México y concluía en Santa Fe, Nuevo México. Para darse una idea de la extensión del itinerario, basta saber que cualquier carruaje que salía de lo que hoy es el Distrito Federal, con rumbo a Santa Fe, recorría una distancia mayor que la cordillera de los Alpes (información de la página del INAH).

Dicha ruta fue trazada en el siglo XVI por los conquistadores españoles para desarrollar el comercio, facilitar las campañas militares, apoyar la colonización y evangelización en el norte de la Nueva España. Mide dos mil 900 kilómetros y abarca las siguientes entidades: Distrito Federal, Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, San Luis Potosí, Chihuahua, Durango y Zacatecas, en México, así como Nuevo México, en Estados Unidos.

En la figura anterior, puede observarse el trazo que marca la ruta, la cual es un eje vertical marcando claramente la relación norte-sur con el traslado del mineral. Sin embargo también puede apreciarse que contempla únicamente los asentamientos donde se almacenaba la plata, conectándose de manera altamente funcional para lograr transitar rápidamente hacia España.

El Camino Real Tierra Adentro, propone integrar todas aquellas poblaciones y localidades que participaron en la extracción, refinación y tratamiento del metal, por lo que la ruta entonces, asomaría las ramificaciones que identificarían las rutas internas en el traslado de la plata.

Desde 1994, el INAH ha realizado diversas labores en conjunto con autoridades de Nuevo México, Estados Unidos, encaminadas a documentar y cooperar en los diversos estudios sobre el tema para lograr, en 2010, la declaratoria binacional.

El Camino Real de tierra Adentro es un proyecto para contemplar dotar de una declaratoria por parte del INAH, con reconocimiento de patrimonio cultural de la humanidad por parte de UNESCO, para las ciudades que comprendían el eje que conectaba los núcleos mineros con la Ciudad de México para trasladar el oro y la plata a España.

En cuanto a la ciudad de San Luis Potosí, si observamos la imagen de la Ruta de la Plata, no la incluye, pues su ubicación propiciaba asaltos a las carretas por los chichimecas. Sin embargo, de incorporarse en el Camino Tierra Adentro, no sólo se podrá resaltar la ciudad capital, sino los poblados que lo conurban y que se vinculaban en la extracción y traslado del mineral y que no depende del tipo de amalgamación o fundición que tengan, sino de los caminos que conectan el mineral con la ruta de la plata.

Haciendo un acercamiento a la imagen anterior, podemos observar que existen dos rutas que conectan a San Luis Potosí capital, una por Villa de Ramos – Mexquitic, y la otra por Villa de Reyes, lo cual no significa que éstas localidades se declaren parte del proyecto aisladamente, sino todo lo contrario, se rescatarán los caminos que conectaron una ruta con la otra, quedando incluidas todas las localidades intermedias.

Reflexiones sobre la Región Minera de San Luis Potosí y su inclusión como patrimonio de la humanidad

Ante los registros analizados y los hallazgos derivados de la información acerca de las propuestas de las declaratorias para lograr que San Luis Potosí sea referencia internacional de una ciudad minera, se concluirá a continuación.

Es difícil realizar un análisis concienzudo y pertinente acerca de la propuesta de la Ruta del Mercurio y de la Plata al no poder contar con el expediente concreto. Sin embargo, a grandes rasgos se puede señalar lo siguiente:

La propuesta se enmarca dentro del rubro Itinerarios Culturales según la UNESCO (tomado de Directrices Prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial, 2005), donde el concepto forzosamente implica que el sitio elegible debe de estar compuesto por elementos materiales que deben su valor cultural a los intercambios y al diálogo multidimensional entre países o regiones y que ilustran la interacción del movimiento, a lo largo de la ruta, en el espacio y en el tiempo, por lo que la UNESCO, considerará identificable el sitio que reúna las siguientes características:

Funcionalidad específica al servicio de un fin concreto y determinado.
Duración temporal y la importancia histórica de los diferentes tramos con relación al conjunto del itinerario.

Relaciones y funciones dinámicas al servicio del fin concreto.

Los nuevos componentes deberán ser evaluados en el marco de su relación funcional con el itinerario cultural.

Ya sea que el centro histórico de SLP pretenda enmarcarse como un elemento de itinerario o paisaje cultural, éste debería contener un principio de dimensión cultural, es decir, que se inscriba dentro de una región cultural determinada o a lo largo de diversas áreas geográficas que hayan compartido un proceso de influencias según lo determinan las organizaciones citadas anteriormente. Este aspecto contempla no solamente las edificaciones y lo que se considera como monumentos históricos, sino también el conjunto en el que convivieron construcciones y las dinámicas de la población (en este caso, la producción minera), y que conllevaron a la evolución de un puesto a un pueblo y de un pueblo a una ciudad consolidada como la vemos hoy en día.

Una Ruta, un itinerario cultural, no puede ser inscrito como patrimonio de la humanidad bajo delimitaciones urbanas como las de un Centro Histórico. Es necesaria una integración con poblaciones que signifiquen la existencia de ese paisaje. La exclusión de poblaciones mineras como Cerro de San Pedro, Villa de Reyes, Armadillo de los Infante, etc., no se justifica como criterio de elegibilidad de la ruta.
Por otro lado y considerando la anterior reflexión, se ha subrayado que quizás no se puedan tomar otras localidades porque el proyecto es claro cuando se refiere a la utilización del mercurio como elemento de limpieza del mineral, y por lo tanto, excluye a cualquier otra función que no tenga que ver con el beneficio por azogue.

Cabe entonces puntualizar en la pertinencia de la localización de ese tipo de beneficio en particular. La Dra. Inés Herrera menciona que el método de fundición por azogue no fue desplegado en haciendas como lo fueron los demás procesos de fundición y amalgamamiento. Señala que este método fue concentrado únicamente en fincas de la capital y se utilizó como producción a manera “casera”, pues utilizaba el sistema de “cazo” en un espacio bastante reducido. Queda preguntarse si entonces este criterio de elegibilidad para que sea San Luis Potosí declarado como patrimonio de la humanidad es suficiente, pues si bien, se considera inscribirse dentro del rubro “Itinerario Cultural” no se entiende cómo un proceso totalmente casero y ubicado en una zona reducida que no involucra a ningún otro poblado ni localidad pueda tomarse como un elemento mucho más importante que todo un sistema de haciendas formado por la extracción del mineral y la formación de una ciudad minera totalmente única por su localización externa a la veta.

Se sigue utilizando a manera de discurso político la búsqueda de identidad regional por medio de la importancia minera, mas continúa siendo un mero discurso al tomar decisiones que se muestran indiferentes ante la región completa. Esta no es una reflexión aislada. Investigadores y autores de diversos libros sobre el tema minero de San Luis Potosí coinciden en marcar la región basándose en la explotación de Cerro de San Pedro.

Salazar (2000:57), menciona cómo dicho poblado dio origen a la fundación de numerosos asentamientos humanos como Portezuelo, La Sabanilla, Divisasero, San Antonio de la Sauceda, San Pedro Gogorrón, La Pila, Pardo, que desarrollaron una vasta infraestructura industrial, agrícola y ganadera necesaria para le explotación y beneficio de los minerales.

Así fue la importancia de dicha explotación, que Cerro de San Pedro y San Luis fueron considerados como una unidad jurídica, pues en San Luis se establecieron las autoridades de la comarca, los dueños de minas, las familias de mineros y los trabajadores de haciendas de beneficio, así como los eclesiásticos y religiosos que atendían espiritualmente a la población (Velázquez, 1982)

Y sus repercusiones van más allá, de manera que Montejano (1994:27), cita que el Rey decidió conceder al pueblo de San Luis el título de Ciudad… “y habiendo llegado… resultó ser que los que más han servido a su Majestad por las grandes riquezas de sus minas, y en especial las de un Cerro nombrado de San Pedro, del que se ha sacado y procedido gran suma de oro y plata, que habiéndose reconocido los libros reales, pasa de la cantidad de sesenta y dos millones, sin costo alguno de la Real Hacienda…” por tales razones se concedió el título.

Las consideraciones para proponer a San Luis Potosí como patrimonio de la humanidad, contienen la base minera que le dio origen, pero mientras siga ocupando este rubro únicamente el aspecto de “antecedentes históricos”, poco se podrá rescatar como un elemento vivo, no como algo que quedó en el pasado y que ahora sólo sirve para justificar acciones y obras de reconocimiento internacional.


Bibliografía

Cabrera Ipiña, Octaviano (1969), 200 Haciendas potosinas y su triste fin, Ciudad de México, Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí.

Cordero Herrera, Alicia (2005), “Cerro de San Pedro: Origen de la Fundación de San Luis Potosí y de la riqueza de la Comarca”, en: Tercera Época, Núm. 3, Enero-Abril de 2005, México

INAH-CONACULTA (2002), “San Luis Potosí, una ciudad de traza procesional” (págs. 27-30), En: El patrimonio de México y su valor universal, Lista indicativa CONACULTA, México.

Montejano y Aguiñaga, Rafael (1994), La minería en San Luis Potosí, San Luis Potosí, Archivo Histórico del Estado de San Luis Potosí.

Salazar González, Guadalupe (2000), Las haciendas en el siglo XVII en la región minera de San Luis Potosí, San Luis Potosí, Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Silva Ontiveros, Letizia Odeth (2007), El dilema de la sustentabilidad en la evaluación de impacto ambiental: El caso de la autorización de actividades mineras en Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, Tesis de Maestría, Ciudad de México, El Colegio de México.

Velázquez, Primo Feliciano (1982), Historia de San Luis Potosí, San Luis Potosí, 4 tomos, Archivo Histórico del Estado, Academia de Historia Potosina.

Declaratorias

Boletín de monumentos Históricos, Mayo de 1991, Decreto de Zona: Ciudad de San Luis Potosí, Págs. 54-59

Proyecto de Declaratoria de Cerro de San Pedro, San Luis Potosí. INAH-Coordinación Nacional de monumentos Históricos, 1997.

[1] De acuerdo con el INAH las iglesias de San Pedro y San Nicolás ubicadas en el poblado, “… son monumentos históricos declarados por determinación de la ley federal sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticos e históricos de 1972 y su reglamento”.
[2] Información del Plan de Ordenación de SLP y su zona conurbada (Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Mexquitic de Carmona y Villa de Zaragoza), publicado por el Periódico Oficial del Estado, 24 de Septiembre de 1993.
[3] Representante de Pro San Luis Ecológico, fundador del Patronato Pro-defensa del patrimonio cultural e histórico de CSP, AC., y coordinador del Frente Amplio Opositor a Minera San Xavier (FAO).
[4] Regidor del Municipio de SLP y asesor legal del ejido Cerro de San Pedro, del Patronato Pro Defensa del CSP y del Frente Opositor a Minera San Xavier (FAO).
[5] Esta colonia la levantaron los habitantes estadounidenses que llegaron en los 50’s a CSP para extraer mineral. Actualmente estas construcciones se encuentran dañadas o en ruinas.
[6] Definición de desarrollo sustentable según El informe de la Comisión de 1987, “Nuestro Futuro Común”, también conocido como “el Informe Bruntland”.
[7] Huancavelica estaba incluida a participar en la elaboración del expediente, sin embargo por problemas diversos no pudo realizar su expediente a tiempo, con lo que temporalmente se encuentra fuera de la propuesta a declaratoria

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