jueves, 12 de enero de 2012

ENTREVISTA CON EL FUNDADOR DEL FRENTE AMPLIO OPOSITOR A MSX

  • Graves impactos ambientales, sociales, económicos, políticos, jurídicos
  • La violación a derechos humanos es escandalosa
  • Destruyeron un cerro decretado zona de protección ambiental e histórica
 
Primera parte.– La primera mina de oro y plata de tajo a cielo abierto que se instaló en México lo hizo en un estado que en su nombre lleva la tradición de potencia minera, en el cerro que figura en su escudo de armas, en el Cerro de San Pedro, cercano a la capital y al Valle de San Luis. De capital canadiense, una empresa ha sacado el oro y la plata y destruido el cerro, pese a los triunfos jurídicos de los defensores del medio ambiente y del patrimonio histórico y cultural de San Luis Potosí.

 
La historia del desastre socioambiental en el Cerro de San Pedro nos la platicó en una entrevista Mario Martínez Ramos, miembro fundador del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier (FAO), y también fundador de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), entrevistado en la reunión de la Sexta Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA) en Magdalena Ocotlán, Oaxaca, el 12 de septiembre de 2011.
 
Sus palabras que describen el tipo de proyectos mineros que hoy se expande por todo el país, y de los cuales Veracruz no está exento, como lo demuestra el proyecto minero Caballo Blanco que pretende instalarse en Actopan y Alto Lucero, Ver.

 
Esta es la historia de la mina a cielo abierto en San Luis Potosí, en boca de don Mario Martínez Ramos:
 
Nosotros, como FAO, fundamos esta organización hace 14 años, con la llegada de una empresa canadiense, en aquel tiempo se llamaba “Metallica Resources Inc”, ahora es “New Gold– Minera San Xavier”, en el Cerro de San Pedro en el estado de San Luis Potosí. Fuimos el primer movimiento contra este tipo de minería aquí, a nivel nacional.
 
La experiencia de tanto tiempo, la situación, vamos, nos obligó a aprender todo lo relacionado con la minería de tajo a cielo abierto, esto, para poder llevar la lucha acorde a la situación de este tipo de proyectos mineros, de explotación y beneficio de minerales, en el caso de San Pedro, de oro y plata.
 
El problema resultó porque llegó la empresa minera en 1995, hizo un año de exploración, luego reunió a la gente en la comunidad y le explicó que su empresa, a la que pertenecía esa persona, había decidido llevar a cabo un proyecto de explotación de minerales con contenido de oro y plata. Aclaró que, por necesidad del proyecto y por las características de la explotación y beneficio, se requería la evacuación del poblado, porque iba a desaparecer.
 
Es un pueblo minero, de nacimiento, de origen, pero la gente no conocía lo que era el tajo a cielo abierto y este tipo de minería. Por lo pronto, se animaron. Dijeron cómo va a desaparecer el poblado, si aquí hay casi 400 años de minería y el poblado sigue intacto.
 
Esta persona, el representante de la empresa, no se metió en muchos problemas. Nada más dijo que iba a haber muchos beneficios. Y que era necesario evacuar el pueblo a como diera lugar.
 
Alguien preguntó: – Bueno, ¿y los templos? Ahí hay templos del siglo XVII, anteriores que el Valle de San Luis, que fue fundado por ese poblado, gracias a la vieja minería. Dijo: – Van a desaparecer también. La gente se opuso y dijo que no quería el proyecto.
 
Lo primero que se formó fue un patronato, del cual fui presidente, en defensa del patrimonio histórico y cultural del Cerro de San Pedro, porque no conocíamos la parte ambiental realmente. Te digo que fuimos el primer movimiento a nivel nacional, no conocíamos de eso. Yo había trabajado en minas, en Guanajuato, mis abuelos y padres también trabajaron, son originarios de ahí, pero con sistemas de minería subterránea, siguiendo vetas.
 
Resultó que se formó ese patronato, defendiendo la parte patrimonial, porque es un pueblo histórico. El Cerro donde está ahorita cavando la Minera es el emblema del escudo de armas del estado de San Luis Potosí, y el pueblo en sí está considerado como zona de monumentos, por decreto también. Entonces, por ahí nos metimos, defendiendo el patrimonio histórico y cultural.
 
Entran a los pocos meses los grupos ecologistas, el Foro San Luis Ecológico, y me dicen: – ¿Qué hay con lo ambiental? Yo los conocía a algunos, habíamos participado juntos en algunas cosas. No conocíamos nada sobre este tipo de cosas. Pero estábamos investigando.
 
Lo primero que hicimos fue exigir el Estudio de Impacto Ambiental, para ver cuáles eran los impactos que este tipo de minería causaba. Recurrimos a las dependencias ambientales, a las Secretaría de Gestión Ambiental del estado, a la Semarnat, su delegación en San Luis Potosí. Y nos negaron el Estudio de Impacto Ambiental. Dijeron que era un documento privado y no sé cuánto. Cuando nosotros expusimos que la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) dice que es un documento público. Y que debe ser conocido por todas las gentes que van a ser afectadas de alguna manera por cualquier tipo de proyecto.
 
Insistimos. No fue fácil. Hubo que hacer manifestaciones y una serie de actividades de resistencia pacífica. Y logramos tener acceso a ese documento, pero únicamente nos permitieron ir a leerlo. Y sacar apuntes. Nada de sacar fotocopias. Nada.
 
Dos personas, que fueron la doctora en biología Angelina Núñez Galván y un servidor. Y lo hacíamos con un lapicito. Sacar todo lo más importante. Así nos dimos cuenta de los graves impactos que iba a causar este proyecto, que los tenemos en la actualidad todavía. Ahí resultó la lucha ambiental, pero ya con las bases de lo que iba a pasar.
 
Claro que este Estudio de Impacto Ambiental lo mandan a hacer las empresas, y lo minimizan, pero aun así dejaba ver una serie de impactos muy graves. Por ejemplo, y me acuerdo muy bien, por eso lo cacareamos, con ese Estudio de Impacto Ambiental, con su conocimiento, nos dimos cuenta que la parte más castigada no era realmente el poblado, sino todo el Valle de San Luis Potosí y la capital del estado que se asienta en el valle, y Soledad, un municipio conurbado, pegado a San Luis Potosí, el más grande en población y extensión del estado. Ya con este conocimiento, involucramos a toda la ciudad, que es lo que ha valido. Realmente el poblado es chico, muy poca gente y realmente no hubiera sido el poblado fuerza suficiente como la que hemos llevado.
 
Así involucramos al pueblo. Hicimos una campaña muy fuerte. Intervino el gobierno del estado, nos dijo que nos calmáramos. Que no iba a dar el permiso sobre las rodillas. Mandó al Instituto Politécnico Nacional (IPN) para que un grupo de especialistas en todas las disciplinas que conlleva un proyecto de estos, desde la parte histórico cultural, geología, geohidrología, metalurgia, etcétera, dieran su punto de vista. Ellos, de entrada, dijeron: “Este proyecto es criminal”. Primero porque está a ocho kilómetros de la ciudad capital y van a utilizar dieciséis toneladas diarias de cianuro de sodio. A esa distancia.
 
Por otro lado, porque está en una recarga del acuífero. Y el cianuro. Una solución de cianuro con agua, se va a percolar. Y con el tiempo va a contaminar el acuífero. Y va a poner en peligro a toda la población que se surte de ese acuífero, que es el 40% de la población de todo el estado de San Luis Potosí, concentrada en sus municipios conurbados y en la capital.
 
Por otro lado, no hay la capacidad, técnica ni económica, para controlar las montañas que van a dejar de material contaminado. Sí. Una montaña. Por ejemplo, en su Estudio de Impacto Ambiental ellos hablan de que una de las montañas del material que van a lixiviar va a dejar al final ciento diecisiete millones de toneladas de material saturado de cianuro. Imagínate, diariamente a treinta y dos mil toneladas les aplican dieciséis toneladas de cianuro de sodio. Haz la cuenta. Con el tiempo pierde capacidad tóxica, pero mucho de él no.
 
Y por otro lado, los jales, o sea, la minera dice en su Estudio de Impacto Ambiental que tumba ochenta mil toneladas diarias de cerros, para eso utiliza veinticinco toneladas diarias de explosivos a base de nitrato de amonio y detonantes. El nitrato de amonio, usado como explosivo, genera una gran cantidad de polvito y es contaminante. Genera toneladas de polvo que queda en suspensión. Y los vientos dominantes allá en el Cerro de San Pedro van precisamente de oriente a poniente, o sea, de donde está el proyecto hacia el Valle de San Luis. Por lo tanto, todos esos polvillos contaminan la atmósfera que respira la población de San Luis Potosí.
 
Igualmente ellos hablan de que cuando lixivian utilizan dieciséis toneladas de cianuro de sodio disueltas en treinta y dos millones de litros de agua que sacan del acuífero. Esta mezcla, la aplican por aspersión a las montañas de material ya triturado, penetra en el material y extrae los valores metálicos. En este caso les interesan el oro y la plata. Extraen muchos más, como veintiún metales que posteriormente los separa con otro material muy tóxico. El cianuro separa el oro y la plata, y lo funden.
 
Pero cuando esa agua cae en el material, por la reacción con el material y con la temperatura ambiente –y así lo dice el Estudio de Impacto Ambiental–, se evapora una gran cantidad de agua. Ellos hablan de que es el veinticinco por ciento de esos treinta y dos millones el que se evapora y forma nubes de ácido cianhídrico, que igualmente, por efecto de los vientos dominantes, como el polvillo, viaja hacia la ciudad y contamina la atmósfera la atmósfera: Y ya tienes el polvo de las explosiones más el ácido cianhídrico.
 
Aparte esa mezcla de agua con cianuro que se alcanza a percolar va a dar al acuífero y contamina, y la que escurre también contamina a un arroyo que ahí hay, no es perenne es de temporal, pero se contamina. Vienen las lluvias y contamina agua superficial y agua subterránea.
 
El Estudio de Impacto Ambiental, y recuerdo muy bien que era de la página ciento diez a la ciento trece, dice: Impactos. Agua, habrá contaminación de las fuentes de agua superficiales y subterráneas, por un lado por la percolación de sustancias químicas y la otra por escurrimientos de sustancias químicas. El agua profunda, los acuíferos, van a estar contaminados por al agua con cianuro de sodio.
 
Cuando habla de la atmósfera, dice que habrá contaminación atmosférica por la polución de polvillos provenientes de las explosiones, por los gases de la maquinaria y por el proceso de lixiviación y la evaporación de sustancias químicas. Contamina incluso el ciclo hidrológico.
 
Cuando habla de los suelos dice que los suelos quedarán incapacitados para cualquier actividad productiva, los impactos serán irreversibles y permanentes. Quiere decir que esas tierras jamás en la vida volverán a ser útiles para cualquier actividad productiva.
 
Nos dimos a la tarea de investigar más y nos dimos cuenta de que no es el veinticinco por ciento de la evaporación lo que se genera con el proceso de lixiviación. Es por lo menos un cincuenta por ciento. Este estudio lo hizo posteriormente gente de la universidad, que en aquel tiempo no estaba comprometida con la empresa minera San Xavier, como está hoy.
 
Por otro lado, el hecho de que desaparezcas un kilómetro de montañas, eso cambia el clima de la ciudad. Los vientos vienen del oriente hacia la ciudad y ese es como una muralla. Ahí topan los vientos, las corrientes de aire frío. Si desaparece esa montaña es como si le quitarás el frente a una habitación, cambia el clima adentro, sea el calor, el frío, el aire, se acentúa el clima. Eso también va a pasar.
 
La empresa minera se va. Y lo que dice el estudio del Instituto Politécnico Nacional es que se va y deja ahí dos montañas: una cargada de cianuro de sodio y otra cargada de los jales. Cuando la minera lleva a cabo el tumbe del cerro, no todo lo que tumba lo beneficia. Por ejemplo, los sulfuros, esos no son lixiviables. Los sulfuros los aparta, y lo que se lixivia nada más son los óxidos, esos los aparta y los lixivia. Van a un patio que se llama “patio de lixiviación”. Haz de cuenta que es este salón, en ese caso tiene un millón de metros cuadrados y tiene una pendiente. Aquí pone el material triturado, le aplican por aspersión el agua con cianuro. Penetra y tarda como dos meses en bajar la primera vez, después ya todos los días escurre agua cargada, le llaman, saturada de metales.
 
Penetra. Aquí están los metales, escurre, aquí hay unas canaletas. Estas canaletas van a dar a unas piletas, que se llaman “piletas de lixiviación”, y de ahí le meten zinc, con el zinc, separan el oro y la plata del cianuro. Pasa por unos filtros, llega a otra parte y de ahí lo pasan a un horno con un sistema conocido como Merrill Crowe, y de ahí ya sacan el doré.
 
O sea que lo que llega ahí es el concentrado de oro, al horno. Es un polvo negro, llega ahí, lo funden y ya sacan de ahí los lingotes de doré. El doré es el oro y la plata revueltos. Lo llevan para otro país.
 
Ese es, a grandes rasgos, el proceso que utilizan: Tumban, trituran, separan los sulfuros y lo que van a lixiviar, que son los óxidos, acumulan lo lixiviable en un patio, lo cianuran, extraen el producto, lo funden y ahí va creciendo esa montaña.
 
Y por otro lado, el 60 por ciento aproximadamente de esas toneladas, son sulfuros, los meten en otro lado y hacen unas montañas todavía más grandes de sulfuros. El sulfuro es también un material muy corrosivo. El sulfuro, con el viento y el agua, se convierte en ácido sulfúrico. El ácido sulfúrico es el que utilizan los acumuladores de los autos, que es bastante corrosivo. Entonces, imagínate, una montaña de ciento diecisiete millones de toneladas de sulfuros. Y estas gentes lo pusieron sobre el lecho de un río, taparon el río, el río San Nicolás, que en tiempo de agua baja de la sierra y es parte de la recarga del acuífero.
 
Entonces eso es lo que recogen los que se llaman drenajes ácidos, en metalurgia. Los drenajes ácidos pueden estar activos por miles de años. El sulfuro se va degradando a través de muchos años, pero el cianuro no. Entonces también va a haber percolación de sulfuros hacia el acuífero, cuando llueve el agua que escurre de esas montañas va quemando todo lo que encuentra a su paso. Aparte de la percolación y la contaminación, va quemando todo, desaparece la flora y por supuesto también la fauna que hay por ahí.
 
Entonces, estos son algunos de los graves impactos que causa este tipo de minería. No nos confiamos en sus Estudios de Impacto Ambiental, pero además de impacto ambiental, los proyectos mineros traen muy graves impactos sociales, económicos, políticos, jurídicos, la violación de los derechos humanos es escandalosa.
 
En el Cerro de San Pedro la gente se reunió y no hubo un solo habitante que abandonara el poblado, entonces la minera dijo: – Bueno, pues no abandonan el poblado, yo voy a trabajar de todos modos, y a veinte metros del poblado hace explosiones diariamente de veinticinco toneladas de explosivos. Se cimbra todo el pueblo, hasta las campanas se mueven, las casas se están cuarteando, todo ese tipo de cosas.
 
Y las autoridades ambientales están de acuerdo con eso. Esa zona del Cerro de San Pedro, es una zona protegida. Hay un decreto del 24 de septiembre de 1993, que decreta todo el Cerro de San Pedro, el municipio y otros municipios conurbados, como zona de protección de la vida silvestre, con una política de restauración de la misma.
 
Este decreto no fue un decreto que se elaborada nada más porque a alguien se le ocurrió, abarca tres tomos y es producto de un estudio muy avanzado y meticuloso de un equipo de investigadores, que se hizo para proteger al Valle de San Luis precisamente de los impactos ambientales. El decreto habla de la instalación de cualquier tipo de industria en toda la zona decretada.
 
Una razón es porque los vientos dominantes vienen de esa zona decretada al Valle de San Luis y cualquier industria que se instale, las emanaciones, que todas tienen emanaciones de gases, vendrían hacia la ciudad por los vientos.
 

Por otro lado, San Pedro está doscientos cincuenta metros más arriba del Valle y todas las percolaciones, los escurrimientos, las aguas residuales de las industrias llegarían al Valle de San Luis. Por todo ello se hizo, como protección, ese decreto para evitar que se hiciera cualquier proyecto que afectara a la capital. Sin embargo se violó el decreto ambiental y el decreto que lo clasifica como zona de monumentos al Cerro de San Pedro.
 
En la siguiente entrega, la historia de la lucha del Frente Amplio Opositor a la Minera San Xavier (FAO) contada por uno de sus fundadores.

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