Palabras del Mtro. Carlos Monsivais durante su participación en el VI Festival Cultural de Cerro de San Pedro. Mesa: Defensa del Patrimonio.
Muy buenas noches (hay que decir eso porque ahora desde las once de la mañana se dice buenas tardes, entonces hay que ir recorriendo). Muy buenas noches. No me da gusto estar aquí. No me da gusto estar aquí porque la primera vez que vine a este Festival parecía claro que el proyecto se interrumpía, que la Minera fracasaba y que la codicia y la ambición, si queremos llamarla monetaria o si queremos llamarla de sometimiento a los poderes de los alcaldes y los gobernadores, estaba derrotada. Vuelvo y me encuentro con una situación que avanza con el desden, la fatuidad, la grosería de la Compañía Minera -y ahí si no ha variado tanto, el sometimiento, la ambición, etc. de las autoridades-; por eso no me siento a gusto al estar aquí, no porque no tenga ganas y la alegría de verlos, sino porque parece que de lo que esta convencido el poder constituido -en este sentido entiendo dinero y gobiernos acatadores de la ley del dinero- de lo que esta convencido es de la inutilidad, de la impotencia y de la vacuidad de los que se le oponen y esto me lleva a una pequeña reflexión que continúa lo que me han parecido las dos intervenciones irrefutables anteriores.
El Patrimonio tangible e intangible es antes que nada un compromiso: un compromiso de la memoria, un compromiso de la frecuentación, un compromiso de la valoración, de la conservación. Esto de un modo u otro ha funcionado en México, aunque se sabe que de los 3000 sitios arqueológicos solo están medianamente defendidos unos cuantos, aunque se sabe lo que ha sido el saqueo. De cualquier manera la existencia del INAH es el principio de un compromiso de la memoria, de la preservación, de la valoración y esto es definitivo; y la historia en este caso viene a ser el relato de la resistencia. La historia si fuera nada más un almacén de datos o una sucesión de fechas excavables en el “Google” no tendría mayor sentido. Creo que de la historia que se habla siempre, aunque no se diga en estos términos -y aunque empiece a decirse en estos términos-, es la historia de la resistencia, es la historia de las tropas de Hidalgo y de las tropas de Morelos, es la historia de los Liberales de Juárez, es la historia de la Revolución, es la historia de los campesinos y obreros que apoyaron al Presidente Lázaro Cárdenas y así sucesivamente. Pensar en una historia que no sea de modo esencial historia de la resistencia, es entregarnos a la sucesión de bandas presidenciales. No entiendo por banda un “gang”, sino las que llevaron puestas presidentes tan descoloridos, rapaces e incapaces como los que hemos padecido. Cito tres nombres como si invocase la necesidad de darle continuidad, filo crítico, historia misma a la resistencia: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox.
Un país que de ha dado el lujo de tener de Presidente a Vicente Fox por ejemplo debe revisar su concepto de la resistencia, un concepto de la resistencia que debe empezar por la crítica a lo que nunca llega a formularse ni siquiera como discurso. Cuando uno lee sus intervenciones del año 2000 al año 2007 encuentra compendiadas y formidablemente todas las narraciones de la ignorancia, de la incapacidad expresiva y del fastidio ante la posibilidad de tener que responder. Hay algo en la historia de esta lucha del Cerro de San Pedro que tiene que ver con el Presidente Fox diciéndole a una señora campesina que le dice que no sabe leer: “te felicito porque así no te deprimirás”. Hay algo en la historia de la resistencia del Cerro de San Pedro y en la manera soez en que se ha enfrentado el problema de Pasta de Conchos, con la desición de que efectivamente estuvo muy mal manejado y que hubo una irresponsabilidad criminal si queremos ser suaves; y con el hecho de que después no pasa nada, que no proceden acciones, que luego que se ha visto lo que ha sido esa mounstrosidad de Pasta de Conchos, del dinero que percibió en 2006 la Compañía Minera México, etc. Cuando se ha visto todo eso y se ve que no pasa nada, se encuentra también algo muy relacionado con la historia de ésta resistencia. Mientras se crea que: no pasa nada si la gente resiste porque la gente se cansa, se desmoviliza, se disgrega, seguirá dándose a la resistencia el valor único de la rabieta y el capricho. ¿Cómo se le hace para pasar de esa visión que tienen en el poder de la resistencia como rabieta, capricho, necedad, incapacidad de comprender que al “progreso” nada se le opone? Eso es lo que ustedes tienen que investigar. Como son luchas pacíficas y como seguirán siendo luchas pacificas, los que enarbolan la bandera de la impunidad dicen: “bueno ¿qué va a pasar? No pueden ir más allá de deprimirse”. La historia de la burguesía esta hecha en gran parte con las frustraciones de quienes han buscado oponérsele y hay ahí un cinismo, una jactancia, una sonrisa irónica que flota en las declaraciones de los alcaldes o las alcaldesas, en la voluntad de los gobernadores que dicen: “bueno, no es asunto mío”; en la desición de SEMARNAT de ir, regresar, volver, contradecirse y francamente desaparecer; y en el juego monstruoso con el amparo. El amparo en muchísimos casos se ha convertido en el juego recurrente de la impunidad.
Creo también que –y aquí sí manifestaría cierta discrepancia respecto a lo que se ha dicho- sí creo que es muy limitado situar la resistencia del Cerro de San Pedro en el Cerro de San Pedro. Lo que esta pasando en el país no es dividible, no es escindible, todo tiene que ver con todo en este momento: la lucha por los derechos de los muertos en Pasta de Conchos, la lucha por lograr justicia en el caso de Atenco y en el caso de Oaxaca, todo lo que tiene que ver con los salarios, con este insulto gravísimo de aumentar dos pesos al salario mínimo que es una voladura típica; todo tiene que ver con todo. Hay en este momento la posibilidad de no dividir, hay en este momento la capacidad de todas las ONG´s, de todos los movimientos sociales, de todas las movilizaciones de entender que cada movimiento que marcha aislado será aplastado. No hay manera de evitar que desaparezcan en la frustración, en el dolor, en el cansancio los movimientos que se aíslen. Esto no es siquiera una conjetura, podría ser una ley de la resistencia que tiene que ver con “divídelos y vencerás”. Eso es lo que están diciendo y aquí ya sé que es muy difícil, ya sé que es casi imposible en este momento sostener una política de unidad de los movimientos de resistencia por todo lo que ha habido de las torpezas de los partidos políticos de izquierda, de la ignorancia de que las causas son superiores a la voluntad de “arribismo” de los dirigentes en el caso de los partidos políticos, etc. Pero me queda claro que si el movimiento de San Pedro no está informando de lo que pasa con otros movimientos, de que si no hay una vía de estar actualizando el conocimiento (claro cuando dice uno estas cosas siempre se imagina uno un locutor y entonces ya las palabras caen muertas), pero este es un momento decisivo para todos nosotros: es inconcebible la impudicia, la estupidez, la criminalidad, el afán de lucro y la rapiña de la clase gobernante y oponerle a ella movimientos aislados es regalarle la victoria. Por eso es que me resulta cada vez más importante por lo menos la vía de información, ustedes tienen que estar muy… (Híjole estoy predicando ¡que mal ¿verdad?! [Risas]), ustedes tienen que saber qué esta pasando en el resto del país, porque de otro modo la victoria es de los adversarios (o los enemigos, como quiera considerársele).
Es una lucha nacional la que se enfrenta a la Minera, la que defiende el Cerro de San Pedro. Si no es una lucha nacional no va a ser nada y por eso me resulta muy importante y me parece extraordinario que ustedes sí han tenido apoyo de otros lados, pero que deben intensificarlo porque que vengan compañeros, compañeras de Canadá me resulta de primer orden. Ésta es una lucha nacional e internacional y hay que insistir en ese punto si se quiere ganar. Considerarla una lucha del pueblo potosino ¡perdón!, es condenarla a la extinción y creo que no tiene el menor sentido. La memoria histórica a la que se ha aludido aquí muy bien es una memoria de la resistencia, si ustedes ven la memoria histórica no encontrarán la memoria histórica real actuante ni algo que no sea la resistencia. Por memoria histórica no entiendo la de las efemérides y la de la inauguración de la “Presa Marta Sahagún” en Guanajuato. No, eso no es mi idea de la memoria histórica, mi idea de la memoria histórica es la emoción que despierta en las nuevas generaciones el esfuerzo, la inteligencia, la lucidez, la crítica, la capacidad de sacrificio, el patriotismo de otras generaciones. El patriotismo es una palabra un tanto en desuso, porque por patriotismo se ha entendido siempre dar la vida por la patria y ahora uno lo piensa ya meditadamente si va a dar la vida por la patria. Pero lo que sí queda claro es que una nueva concepción del patriotismo que consista en invertir el trabajo de una vida, en lograr resultados comunitarios de excelencia sí es posible, ya no el sacrificio sino la construcción de nuevas realidades.
¿Qué pasaría con la burguesía mexicana sin la explotación salvaje de los obreros, el lujo afrentoso y estúpido, la cursilería? Les pido que vean cuando puedan esos magazines donde la burguesía se celebra a si misma en sus fiestas. La imbecilidad mexicana nunca, nunca –y estoy pensando en Fox- nunca había llegado a niveles tales de imbecilidad. Por favor, cuando puedan véanlos. Es notable el deterioro mental de esta gente que piensa que bailar junto a una alberca o exhibirse en el cumpleaños de un conocido empresario en una fiesta de disfraces, donde todos van de Blancanieves y los siete enanos (cada uno va de los siete enanos lo que sí me parece una hazaña del transformismo). Es que es esa clase gobernante el verdadero festín del cretinismo moral y a secas. ¿Qué pasaría sin la relación humillada y cómplice con el sistema financiero norteamericano? ¿Qué pasaría sin el clasismo? El clasismo es una realidad, la vimos en la campaña de 2006. A López Obrador se le atacó básicamente por “naco” y eso era inconcebible, porque además uno veía las fisonomías de muchos de los que lo atacaban por “naco” y bueno… pensaba que lo “naco” ya no era exactamente lo opuesto a lo criollo, sino lo “naco” era lo opuesto a lo “naco”. Aquello era verdaderamente de dar dolor: el clasismo de esta burguesía, el racismo monstruoso. Para empezar “naco”: yo acompañaba a López Obrador un día y venía una señora en un auto, le dijo que bajará el vidrio, lo bajó y la señora le gritó: “naco”. Le dije a López Obrador que su obligación era disolverse en humo porque ya después de que le dicen a uno algo tan grave como “naco” si no se disuelve en humo esta fallándole a la profecía ¿no?. Pero “naco” es aféresis de totonaco, es un insulto racista desde el inicio ¿Qué pasaría si la burguesía abandonara su ignorancia de la historia y de la sociedad? ¿Qué pasaría si la burguesía abandonara el odio a quienes buscan combatir la desigualdad? Si ustedes revisan lo que pasó en 2006 -que tienen que revisarlo porque también tiene que ver con lo de la lucha del Cerro de San Pedro-, el odio estuvo radicado en un lado: en el lado de los que consideraron que un candidato era un peligro para México. Del lado del movimiento de López Obrador no había odio, puede haber habido los insultos naturales, las facilidades de palabra, la idea de que si uno dice ¡chingada! se desmoronan los edificios, puede haber habido todo eso pero no hubo odio. El odio estuvo concentrado en un solo lado y al revisar ahora lo de la Minera San Xavier veo que cada vez más esta creciendo el odio de ése lado y que aquí sigue concentrada la resistencia, la desición de la justicia y el combate a la desigualdad.
Si esto va a prosperar o no, como ya dije depende de muchas cosas: de que se integre a un movimiento nacional; de que no se considere que el movimiento no es en si mismo capaz de aprendizaje y de enseñanza. Creo también que ha fallado la enseñanza, creo que debían haber intensificado los cursos sobre historia nacional y de historia nacional de la resistencia. Pero yo estoy convencido y aquí que se me permita la profecía: que ustedes van a ganar. Muchas gracias.
Muy buenas noches (hay que decir eso porque ahora desde las once de la mañana se dice buenas tardes, entonces hay que ir recorriendo). Muy buenas noches. No me da gusto estar aquí. No me da gusto estar aquí porque la primera vez que vine a este Festival parecía claro que el proyecto se interrumpía, que la Minera fracasaba y que la codicia y la ambición, si queremos llamarla monetaria o si queremos llamarla de sometimiento a los poderes de los alcaldes y los gobernadores, estaba derrotada. Vuelvo y me encuentro con una situación que avanza con el desden, la fatuidad, la grosería de la Compañía Minera -y ahí si no ha variado tanto, el sometimiento, la ambición, etc. de las autoridades-; por eso no me siento a gusto al estar aquí, no porque no tenga ganas y la alegría de verlos, sino porque parece que de lo que esta convencido el poder constituido -en este sentido entiendo dinero y gobiernos acatadores de la ley del dinero- de lo que esta convencido es de la inutilidad, de la impotencia y de la vacuidad de los que se le oponen y esto me lleva a una pequeña reflexión que continúa lo que me han parecido las dos intervenciones irrefutables anteriores.
El Patrimonio tangible e intangible es antes que nada un compromiso: un compromiso de la memoria, un compromiso de la frecuentación, un compromiso de la valoración, de la conservación. Esto de un modo u otro ha funcionado en México, aunque se sabe que de los 3000 sitios arqueológicos solo están medianamente defendidos unos cuantos, aunque se sabe lo que ha sido el saqueo. De cualquier manera la existencia del INAH es el principio de un compromiso de la memoria, de la preservación, de la valoración y esto es definitivo; y la historia en este caso viene a ser el relato de la resistencia. La historia si fuera nada más un almacén de datos o una sucesión de fechas excavables en el “Google” no tendría mayor sentido. Creo que de la historia que se habla siempre, aunque no se diga en estos términos -y aunque empiece a decirse en estos términos-, es la historia de la resistencia, es la historia de las tropas de Hidalgo y de las tropas de Morelos, es la historia de los Liberales de Juárez, es la historia de la Revolución, es la historia de los campesinos y obreros que apoyaron al Presidente Lázaro Cárdenas y así sucesivamente. Pensar en una historia que no sea de modo esencial historia de la resistencia, es entregarnos a la sucesión de bandas presidenciales. No entiendo por banda un “gang”, sino las que llevaron puestas presidentes tan descoloridos, rapaces e incapaces como los que hemos padecido. Cito tres nombres como si invocase la necesidad de darle continuidad, filo crítico, historia misma a la resistencia: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox.
Un país que de ha dado el lujo de tener de Presidente a Vicente Fox por ejemplo debe revisar su concepto de la resistencia, un concepto de la resistencia que debe empezar por la crítica a lo que nunca llega a formularse ni siquiera como discurso. Cuando uno lee sus intervenciones del año 2000 al año 2007 encuentra compendiadas y formidablemente todas las narraciones de la ignorancia, de la incapacidad expresiva y del fastidio ante la posibilidad de tener que responder. Hay algo en la historia de esta lucha del Cerro de San Pedro que tiene que ver con el Presidente Fox diciéndole a una señora campesina que le dice que no sabe leer: “te felicito porque así no te deprimirás”. Hay algo en la historia de la resistencia del Cerro de San Pedro y en la manera soez en que se ha enfrentado el problema de Pasta de Conchos, con la desición de que efectivamente estuvo muy mal manejado y que hubo una irresponsabilidad criminal si queremos ser suaves; y con el hecho de que después no pasa nada, que no proceden acciones, que luego que se ha visto lo que ha sido esa mounstrosidad de Pasta de Conchos, del dinero que percibió en 2006 la Compañía Minera México, etc. Cuando se ha visto todo eso y se ve que no pasa nada, se encuentra también algo muy relacionado con la historia de ésta resistencia. Mientras se crea que: no pasa nada si la gente resiste porque la gente se cansa, se desmoviliza, se disgrega, seguirá dándose a la resistencia el valor único de la rabieta y el capricho. ¿Cómo se le hace para pasar de esa visión que tienen en el poder de la resistencia como rabieta, capricho, necedad, incapacidad de comprender que al “progreso” nada se le opone? Eso es lo que ustedes tienen que investigar. Como son luchas pacíficas y como seguirán siendo luchas pacificas, los que enarbolan la bandera de la impunidad dicen: “bueno ¿qué va a pasar? No pueden ir más allá de deprimirse”. La historia de la burguesía esta hecha en gran parte con las frustraciones de quienes han buscado oponérsele y hay ahí un cinismo, una jactancia, una sonrisa irónica que flota en las declaraciones de los alcaldes o las alcaldesas, en la voluntad de los gobernadores que dicen: “bueno, no es asunto mío”; en la desición de SEMARNAT de ir, regresar, volver, contradecirse y francamente desaparecer; y en el juego monstruoso con el amparo. El amparo en muchísimos casos se ha convertido en el juego recurrente de la impunidad.
Creo también que –y aquí sí manifestaría cierta discrepancia respecto a lo que se ha dicho- sí creo que es muy limitado situar la resistencia del Cerro de San Pedro en el Cerro de San Pedro. Lo que esta pasando en el país no es dividible, no es escindible, todo tiene que ver con todo en este momento: la lucha por los derechos de los muertos en Pasta de Conchos, la lucha por lograr justicia en el caso de Atenco y en el caso de Oaxaca, todo lo que tiene que ver con los salarios, con este insulto gravísimo de aumentar dos pesos al salario mínimo que es una voladura típica; todo tiene que ver con todo. Hay en este momento la posibilidad de no dividir, hay en este momento la capacidad de todas las ONG´s, de todos los movimientos sociales, de todas las movilizaciones de entender que cada movimiento que marcha aislado será aplastado. No hay manera de evitar que desaparezcan en la frustración, en el dolor, en el cansancio los movimientos que se aíslen. Esto no es siquiera una conjetura, podría ser una ley de la resistencia que tiene que ver con “divídelos y vencerás”. Eso es lo que están diciendo y aquí ya sé que es muy difícil, ya sé que es casi imposible en este momento sostener una política de unidad de los movimientos de resistencia por todo lo que ha habido de las torpezas de los partidos políticos de izquierda, de la ignorancia de que las causas son superiores a la voluntad de “arribismo” de los dirigentes en el caso de los partidos políticos, etc. Pero me queda claro que si el movimiento de San Pedro no está informando de lo que pasa con otros movimientos, de que si no hay una vía de estar actualizando el conocimiento (claro cuando dice uno estas cosas siempre se imagina uno un locutor y entonces ya las palabras caen muertas), pero este es un momento decisivo para todos nosotros: es inconcebible la impudicia, la estupidez, la criminalidad, el afán de lucro y la rapiña de la clase gobernante y oponerle a ella movimientos aislados es regalarle la victoria. Por eso es que me resulta cada vez más importante por lo menos la vía de información, ustedes tienen que estar muy… (Híjole estoy predicando ¡que mal ¿verdad?! [Risas]), ustedes tienen que saber qué esta pasando en el resto del país, porque de otro modo la victoria es de los adversarios (o los enemigos, como quiera considerársele).
Es una lucha nacional la que se enfrenta a la Minera, la que defiende el Cerro de San Pedro. Si no es una lucha nacional no va a ser nada y por eso me resulta muy importante y me parece extraordinario que ustedes sí han tenido apoyo de otros lados, pero que deben intensificarlo porque que vengan compañeros, compañeras de Canadá me resulta de primer orden. Ésta es una lucha nacional e internacional y hay que insistir en ese punto si se quiere ganar. Considerarla una lucha del pueblo potosino ¡perdón!, es condenarla a la extinción y creo que no tiene el menor sentido. La memoria histórica a la que se ha aludido aquí muy bien es una memoria de la resistencia, si ustedes ven la memoria histórica no encontrarán la memoria histórica real actuante ni algo que no sea la resistencia. Por memoria histórica no entiendo la de las efemérides y la de la inauguración de la “Presa Marta Sahagún” en Guanajuato. No, eso no es mi idea de la memoria histórica, mi idea de la memoria histórica es la emoción que despierta en las nuevas generaciones el esfuerzo, la inteligencia, la lucidez, la crítica, la capacidad de sacrificio, el patriotismo de otras generaciones. El patriotismo es una palabra un tanto en desuso, porque por patriotismo se ha entendido siempre dar la vida por la patria y ahora uno lo piensa ya meditadamente si va a dar la vida por la patria. Pero lo que sí queda claro es que una nueva concepción del patriotismo que consista en invertir el trabajo de una vida, en lograr resultados comunitarios de excelencia sí es posible, ya no el sacrificio sino la construcción de nuevas realidades.
¿Qué pasaría con la burguesía mexicana sin la explotación salvaje de los obreros, el lujo afrentoso y estúpido, la cursilería? Les pido que vean cuando puedan esos magazines donde la burguesía se celebra a si misma en sus fiestas. La imbecilidad mexicana nunca, nunca –y estoy pensando en Fox- nunca había llegado a niveles tales de imbecilidad. Por favor, cuando puedan véanlos. Es notable el deterioro mental de esta gente que piensa que bailar junto a una alberca o exhibirse en el cumpleaños de un conocido empresario en una fiesta de disfraces, donde todos van de Blancanieves y los siete enanos (cada uno va de los siete enanos lo que sí me parece una hazaña del transformismo). Es que es esa clase gobernante el verdadero festín del cretinismo moral y a secas. ¿Qué pasaría sin la relación humillada y cómplice con el sistema financiero norteamericano? ¿Qué pasaría sin el clasismo? El clasismo es una realidad, la vimos en la campaña de 2006. A López Obrador se le atacó básicamente por “naco” y eso era inconcebible, porque además uno veía las fisonomías de muchos de los que lo atacaban por “naco” y bueno… pensaba que lo “naco” ya no era exactamente lo opuesto a lo criollo, sino lo “naco” era lo opuesto a lo “naco”. Aquello era verdaderamente de dar dolor: el clasismo de esta burguesía, el racismo monstruoso. Para empezar “naco”: yo acompañaba a López Obrador un día y venía una señora en un auto, le dijo que bajará el vidrio, lo bajó y la señora le gritó: “naco”. Le dije a López Obrador que su obligación era disolverse en humo porque ya después de que le dicen a uno algo tan grave como “naco” si no se disuelve en humo esta fallándole a la profecía ¿no?. Pero “naco” es aféresis de totonaco, es un insulto racista desde el inicio ¿Qué pasaría si la burguesía abandonara su ignorancia de la historia y de la sociedad? ¿Qué pasaría si la burguesía abandonara el odio a quienes buscan combatir la desigualdad? Si ustedes revisan lo que pasó en 2006 -que tienen que revisarlo porque también tiene que ver con lo de la lucha del Cerro de San Pedro-, el odio estuvo radicado en un lado: en el lado de los que consideraron que un candidato era un peligro para México. Del lado del movimiento de López Obrador no había odio, puede haber habido los insultos naturales, las facilidades de palabra, la idea de que si uno dice ¡chingada! se desmoronan los edificios, puede haber habido todo eso pero no hubo odio. El odio estuvo concentrado en un solo lado y al revisar ahora lo de la Minera San Xavier veo que cada vez más esta creciendo el odio de ése lado y que aquí sigue concentrada la resistencia, la desición de la justicia y el combate a la desigualdad.
Si esto va a prosperar o no, como ya dije depende de muchas cosas: de que se integre a un movimiento nacional; de que no se considere que el movimiento no es en si mismo capaz de aprendizaje y de enseñanza. Creo también que ha fallado la enseñanza, creo que debían haber intensificado los cursos sobre historia nacional y de historia nacional de la resistencia. Pero yo estoy convencido y aquí que se me permita la profecía: que ustedes van a ganar. Muchas gracias.
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